Si bien ha pasado mucho tiempo, unas cuatro décadas, desde que veíamos la serie de TV en España y el estreno de la película Infinity en los cines, podemos decir que en cuanto a los gráficos la nueva entrega ha respetado bastante la estética original del anime.
La diferencia más acusada es sin duda la “fragmentación” del robot en múltiples piezas ensambladas, en lugar de grandes bloques como en el original.
En cuanto a la animación sí destacaría algo que marca mucho las diferencias.
En la serie original, los momentos de batalla de Mazinger contra las bestias mecánicas llevaban un tempo notablemente lento.
En esos enfrentamientos había conversaciones, miradas y mucha tensión. En la nueva película, sin embargo, Mazinger destruye a los monstruos mecánicos como si fueran pompas de jabón.
Sin duda. las tendencias audiovisuales de ahora son muy distintas de las de antes y en parte está ligada al consumo masivo de información de nuestros días.
Personalmente, echo de menos esa tensión dramática que vivimos de pequeños y que ahora miraremos con nostalgia.